Historia
de la agricultura
La
agricultura es el arte del cultivo y explotación de la tierra con el
objeto de obtener productos con fines humanos o con destino a los
animales domésticos.
Existen
variadas disciplinas y toda una infraestructura agrícola, científica
e industrial alrededor de estas actividades. Se incluyen en estas
prácticas el estudio, acondicionamiento de las tierras, cultivo,
desarrollo, recolección, transformación, distribución, etc.
Se
trata de una actividad muy antigua, con origen en la prehistoria, y
es actualmente un sector económico indispensable y fundamental en la
alimentación mundial.
Se
estima que la agricultura se ha desarrollado desde hace unos 8.000 a
10.000 años. Desde entonces todos los pueblos de la Tierra han
reconocido el valor que las plantas cultivadas tienen para la
alimentación humana y de los animales domésticos.
Algunos
vegetales se han hecho tradicionales en muchos países, e incluso en
determinados de ellos se han convertido en monocultivos, y en la
fuente más importante de ingresos.
Entre
las variadas producciones agrícolas, se distinguen algunos productos
muy importantes para el ser humano, tales como los cereales, trigo,
maíz, centeno, arroz, caña de azúcar, remolacha azucarera, aceite,
verduras y frutas.
En
cuanto a la alimentación animal, son importantísimos los piensos a
base de granos de la soja, maíz forrajero y sorgo.
No
todas las producciones agrícolas tienen valor alimentario, también
existen numerosos cultivos dedicados a producir materias para la
industria, tales como el caucho, semillas oleaginosas para fabricar
pinturas o compuestos químicos sintéticos, plantas para la
obtención de fibras, etc.
Se
reconoce el valor de la agricultura al comprobar que casi la mitad de
la población mundial se dedica a esta actividad, aunque es cierto
que su distribución es muy variable. Así, mientras que en África y
Asia superan el 60 por ciento de la población, en los Estados Unidos
y Canadá apenas alcanza el 5 por ciento. Por su parte, en América
del Sur la población dedicada a estas tareas es casi la cuarta
parte; en Europa Occidental supone alrededor del 7 por ciento; y en
los países de la Federación Rusa y los englobados en la antigua
Unión Soviética alcanza el 15 por ciento.
Tipos
de agricultura
En
el neolítico se practicaba una agricultura itinerante (y que todavía
hoy practican algunos pueblos primitivos), que consistía en
abandonar las tierras una vez han sido agotados sus recursos y buscar
nuevos suelos productivos. Actualmente la agricultura ha evolucionado
hasta alcanzar carácter industrial, donde la ingeniería genética,
química y tecnología mecánica juegan papeles fundamentales.
Se
distinguen varios tipos de agricultura:
Extensiva
La
agricultura extensiva es aquella en la que se realizan labores
sencillas, y en los que se emplean abonos orgánicos, como
estiércoles, prescindiendo totalmente de los fertilizantes
artificiales. Es un tipo de agricultura defendible desde el punto de
vista ecológico, pues la tierra no suele estar sujeta a la presión
que imprimen otras actividades, como la agricultura intensiva o
industrial.
Intensiva
o industrial
La
agricultura intensiva o industrial es aquella en la que se realizan
labores complejas, y que depende totalmente de fertilizantes
artificiales para su óptimo desarrollo. Los suelos producen
habitualmente de forma continuada, lo que implica la necesidad de
restituir también continuamente los elementos minerales que ya
fueron asimilados por las plantas; esto supone tener que enfrentarse
a la larga a variados problemas medioambientales, derivados no sólo
del frecuente uso de productos químicos, sino también de la
imperiosa necesidad de asegurar las cosechas contra plagas y
enfermedades mediante pesticidas, herbicidas, etc., que pueden
terminar finalmente introduciéndose en la cadena alimenticia.
Biológica
La
agricultura biológica nació para dar respuesta a los problemas
planteados por la agricultura intensiva. Se trata de una actividad
cada vez más demandada por los consumidores, respetuosa con el medio
ambiente y la salud. Este tipo de agricultura recurre a métodos
naturales para luchar contra las enfermedades y plagas, y rechaza la
utilización de pesticidas y fertilizantes sintéticos.
Parcelaria
La
agricultura parcelaria está limitada a superficies dispersas y
reducidas. Existen muchas regiones en el mundo que por sus
características orográficas están dedicadas a este tipo de
agricultura. Un ejemplo son los andenes
o terrazas andinas
prehispánicas y que aún existen en la altiplanicie guatemalteca,
donde se cultiva maíz, alubias y calabazas; y café en las zonas más
bajas de las laderas.
Monocultivo
La agricultura de monocultivo
es una actividad que está especializada en un único producto.
Aunque los agricultores de subsistencia de todo el mundo suelen
cultivar variados vegetales, no suele ser así en el caso de las
grandes explotaciones de carácter comercial. Así, muchas
explotaciones producen sólo café, té, cereales, cacao, o caucho.
Un ejemplo es la dependencia de Tailandia del arroz, que es uno de
los mayores productores del mundo de esta graminácea; o Sri Lanka,
que depende enteramente de la producción de té. Cuando se dedica
una superficie a la producción de una sola especie, suele
proporcionar mayores beneficios económicos, ya que se simplifica la
gestión del suelo, la producción y su comercialización. Sin
embargo, puede dar lugar a la concentración de plagas que, aunque
habitualmente suelen ser controladas, pueden en ocasiones producir la
devastación y pérdida de la producción. La diversidad de cultivos
es una ventaja contra este problema, pero está limitada por las
características de los suelos, clima, y otros factores de carácter
económico.
Antigua
agricultura[editar]
El Creciente Fértil de
Oeste de Asia, Egipto e India fueron
los sitios de la primera siembra y cosecha hidraúlica, de plantas que habían
sido recogidas previamente en la naturaleza. El desarrollo y la independencia
de la agricultura se produjo en el norte y sur de China,
en el Sahel de África, en Nueva Guinea y en varias regiones de
las Américas. Los ocho cultivos llamados
fundadores del Neolítico de la
agricultura, fueron en primer lugar los cereales: trigo "espelta", el trigo "mocho",
luego la cebada; las leguminosas: guisantes, lentejas,yeros, garbanzo; y el lino.
En el año 7000 a. C., la naciente
agricultura llegó a Egipto. Por lo menos
desde 7000 a. C., en el subcontinente indio se cultivó trigo y
cebada, como lo demuestran excavaciones arqueológicas en Mehrgarh en Baluchistán, en lo que hoy es Pakistán.
En el año 6000 a. C., la agricultura
campesina se atrincheró en las orillas del Nilo.
Esto debido al poco desarrollo aún de las técnicas deriego.
Durante este tiempo, la agricultura se desarrolló de forma independiente en el Lejano Oriente, con el arroz,
en lugar de trigo, como cultivo principal. Los agricultores de China e
Indonesia lograron domesticar el taro o
papa china (Colocasia esculenta) y el frijol mung (Vigna radiata), la soja y el azuki (Vigna angularis).
Como complemento a estas nuevas fuentes de hidratos de carbono, una red de pesca
altamente organizada en los ríos, lagos y las costas del océano en estas áreas
trajo consigo grandes volúmenes de proteínas esenciales. En conjunto, estos
nuevos métodos agrícolas y de pesca originaron un auge de la población humana
que empequeñeció todas las expansiones anteriores y que continúa en la
actualidad.
En 5000 a. C., los sumerios habían desarrollado las
principales técnicas agrícolas, incluyendo el cultivo intensivo de la tierra a
gran escala, el monocultivo,
técnicas de riego, y el uso de mano de obra
especializada, particularmente a lo largo de la vía acuática ahora conocida
como el canal
de Shatt al-Arab, del delta
de Golfo Pérsico a la confluencia de los ríos Tigris y Éufrates.
La domesticación de especies silvestres: uros y muflones en ganado vacuno y ovino,
respectivamente, dio paso a la utilización a gran escala de animales para
comida / fibra y como bestias de carga. El pastor se unió al agricultor como un
proveedor esencial para las sociedades sedentarias y seminómadas. El maíz, la mandioca y el arrurruz fueron
domesticadas por primera vez en el continente americano y se remontan al 5200
antes de Cristo.
Cómo
nació la agricultura en el mundo[editar]
El inicio de la agricultura se encuentra en el
período Neolítico, cuando la
economía de las sociedades humanas evolucionó desde la recolección, la caza y
la pesca a
la agricultura y la ganadería. Las
primeras plantas cultivadas fueron el trigo y la cebada. Sus orígenes se pierden en la
prehistoria y su desarrollo se gestó en varias culturas que la practicaron de
forma independiente, como las que surgieron en el denominado Creciente Fértil (zona
de Oriente Próximo desde Mesopotamia al Antiguo Egipto), las culturas precolombinas
deAmérica Central,
la cultura desarrollada por los chinos al este de Asia,
etc.
Se produce una transición, generalmente gradual,
desde la economía de caza y recolección de productos agrícolas. Las razones del
desarrollo de la agricultura pudieron ser debidas a cambios climáticos hacia
temperaturas más templadas; también pudieron deberse a la escasez de caza o
alimentos de recolección, o a la desertización de amplias regiones. A
pesar de sus ventajas, según algunos antropólogos, la agricultura significó una
reducción de la variedad en la dieta, creando un cambio en la evolución de la
especie humana hacia individuos más vulnerables y dependientes de un enclave
que sus predecesores.
La agricultura y la dedicación de las mujeres a una
maternidad intensiva3 permitieron una mayor densidad de
poblaciónque la economía de caza y recolección por la disponibilidad
de alimento para un mayor número de individuos. Con la agricultura las
sociedades van sedentarizándose y la propiedad deja de ser un derecho solo
sobre objetos móviles para trasladarse también a los bienes inmuebles, se
amplía la división del trabajo y surge una sociedad más compleja conactividades artesanales y comerciales especializadas, los
asentamientos agrícolas y los conflictos por la interpretación de linderos de
propiedad dan origen a los primeros sistemas jurídicos y gubernamentales. La
nueva situación de la mujer, recluida ahora a un espacio doméstico, la excluye
de la economía y de la vida social dando origen al patriarcado.
Agricultura
en la antigua Roma[editar]
Artículo
principal: Agricultura
y ganadería en la antigua Roma
En los primeros tiempos de Roma se cultivaban
principalmente cereales, leguminosas y hortalizas, pero en la época de la
expansión republicana e imperial la agricultura incluía, además del trigo (el pan fue
siempre la base de la alimentación) los otros dos elementos de la llamada tríada o trilogía
mediterránea.
El campesino trabajaba con su familia, en un modelo
literariamente idealizado de vida sencilla (base de los valores morales, familiares
y públicos, y de la participación en la res publica); pero con la expansión
territorial, la continuidad del esfuerzo bélico, que exigía un prolongado
servicio militar de los ciudadanos, arruinó las pequeñas
explotaciones en beneficio del modo de
producción esclavista. En ese sistema se incluía la mayor parte de
la producción agrícola, tanto la de los modestos lotes de tierras repartidos a
soldados veteranos como los grandes latifundios en manos de la aristocracia senatorial. En la lenta
transición del esclavismo al feudalismo, a
partir de la crisis del siglo
III, se sustituyeron los esclavos por siervos, y el Imperio se
ruralizó, pasando las villae rurales
a ser centros autosuficientes, en perjuicio de las decadentes ciudades.
Las técnicas agrícolas se basaban en el uso del arado romano, tirado habitualmente por
bueyes, y en el sistema de barbecho. Otros
aportes fueron la prensas de aceite,
algunas técnicas de regadío y de abono.
A lo largo de la Edad Media europea, surgen importantes
innovaciones tecnológicas que aportarán algunos elementos positivos al trabajo
de los campesinos. Las principales innovaciones en la agricultura medieval se
debieron al mayor dinamismo del modo de producción feudal, que suponía para los siervos un mayor incentivo en la
mejora de la producción que para los esclavos. Las Partidas de Alfonso X de
Castilla definen a los campesinos dentro de la sociedad estamental como los que
labran la tierra e fazen en ella aquellas cosas por las que los hombres han de
vivir y de mantenerse. Este campesinado activo fue la fuerza fundamental del
trabajo en la sociedad medieval.
La introducción del uso de arados pesados (con
ruedas y vertedera) permitió
un cultivo más profundo de los suelos del norte de Europa (se incorporó a lo
largo del siglo XI en las regiones al norte de
los Alpes, mientras que los suelos frágiles de
la zona mediterránea seguían vinculados al arado romano). Los molinos hidráulicos (posteriormente
los de viento introducidos desde Persia) incrementaron de forma importante
la productividad del trabajo, al igual que la mejora paulatina de los aperos agrícolas,
como nuevos tipos de trillos, hoces y guadañas.
El cambio del buey por
el caballo como animal de tiro fue el resultado de dos
avances tecnológicos —el uso de la herradura y el desarrollo de la collera— que
permitían al caballo tirar de mayores cargas más fácilmente. Esto aumentó la
eficiencia del transporte por tierra, tanto para el comercio como para las
campañas militares, y sumado a la mejora general de la red de carreteras
aumentó las oportunidades comerciales para las comunidades rurales mejor
comunicadas. En algunas zonas con tierras especialmente fértiles, se introdujo
la rotación de
cultivos de tres hojas (rotación trienal,
asociando un cereal de primavera o una leguminosa a un cereal de invierno),
lo que reducía al 33 en vez de al 50 % la necesidad de barbecho frente al
sistema de año y vez, aumentando la producción y haciéndola más diversificada.
La posibilidad de abonado, estaba restringida a la disponibilidad de ganadería asociada, que, en las zonas
y periodos en que se incrementó, tuvo un importante impacto en la vida
campesina, aunque no siempre positivo para los agricultores, cuyos intereses
estaban en contradicción con los de los ganaderos, habitualmente de condición
privilegiada (el Concejo de la Mesta y
asociaciones ganaderas similares en los reinos cristianos peninsulares). El
ejemplo de los monasterios,
especialmente de la Orden benedictina expandidos
por toda Europa occidental (Cluny y Císter),
extendió prácticas agrícolas, de gestión de las propiedades y de industria
alimentaria. En zonas de Europa meridional (la Sicilia y
la España musulmanas),
los árabes introdujeron mejoras agrícolas, especialmente en sistemas de regadío
(norias de Murcia, acequias de Valencia), el
aprovechamiento de las laderas (bancales de las Alpujarras), zonas inundables (arroz)
y el cultivo intensivo de huertas, con la
generalización de los frutales mediterráneos (naranjos, almendros) y todo tipo de verduras, que caracterizarán el estereotipo
de la alimentación de los campesinos sometidos de estas zonas, de origen
musulmán, frente a los conquistadores cristianos (villano harto de ajos llamaba Don Quijote a
Sancho).
Estos cambios causaron un crecimiento, tanto en la
variedad como en la cantidad de las cosechas, que tuvo efectos importantes en
la dieta de la población. El campo fue el gran protagonista en la Plena Edad
Media europea. Los recursos que aportaba la agricultura y la
ganadería eran la base de la economía y la tierra era el centro de las
relaciones sociales, siendo la distribución de sus excedentes la que permitió
la revolución urbana que
se vivió entre los siglos XI y XIII, cumbre del periodo denominado óptimo medieval,
beneficiado por un clima especialmente benigno. La tasa de crecimiento promedio
interanual de la población europea durante el período 1000-1300 fue de
0,2 %. Entre las causas de la reducción de la tasa de mortalidad que
permitió ese crecimiento, leve pero sostenido, se ha sugerido la mejora en la
alimentación producto de la incorporación del octavo aminoácido, gracias al consumo de la lenteja.4
La expansión agrícola de las tierras cultivables se
hizo a costa de la reducción de la superficie del bosque y de la incorporación
de tierras marginales y aunque contribuyó al crecimiento de la producción de
alimentos, inevitablemente conducía a las consecuencias negativas de la ley
de los rendimientos decrecientes, lo que estuvo entre las causas
lejanas o precondiciones de la crisis del siglo
XIV. A pesar de los progresos, la agricultura medieval manifestó
siempre signos de precariedad debido a la imposibilidad de realizar la
inversión productiva de los excedentes (extraídos en forma de renta feudal por la nobleza y el
clero) y su estrecha dependencia de las condiciones naturales.
Véase
también: Revolución
agrícola del islam medieval
Durante el Antiguo Régimen los
países del sur y este de Europa prolongaron el sistema económico feudal,
especialmente en la agricultura, pudiéndose hablar de una refeudalización evidente
desde la crisis del siglo
XVII, en que se reafirmó la posición predominante de los señores
frente a los campesinos, que seguían siendo la inmensa mayoría de la población,
pero que no tenían posibilidad de iniciar la acumulación del
capital necesaria para la transformación agraria. En cambio, en
la Europa noroccidental, especialmente en Holanda e Inglaterra, los cambios
sociales y políticos (revolución
burguesa) se vieron acompañados en el campo por una revolución
agrícola previa a laRevolución
Industrial del siglo XVIII, que intensificó los cultivos,
aumentando los rendimientos gracias a mejoras técnicas y productivas (rotación de
cultivos de cuatro hojas de Waasland; aperos de Jethro Tull)
y a la introducción de nuevos cultivos.5
La integración de la economía mundial tras
la era de los
descubrimientos permitió un intercambio de cultivos a nivel
planetario: productos del Viejo Mundo, tanto de zonas templadas como
el trigo y la vid, como de zonas cálidas como la caña de azúcar,
el algodón y el café, fueron introducidos con éxito en
América; mientras que productos delNuevo Mundo como el maíz, la patata, el tomate,
el pimiento y
el tabaco diversificaron la agricultura
europea y del resto de los continentes. Ya en época industrial, la explotación
del caucho, restringida inicialmente a la
silvicultura amazónica, también se acabó extendiendo a otras zonas ecuatoriales
a pesar de todo el cuidado que se puso en impedirlo.
Edad
Contemporánea[editar]
La ideología del liberalismo
económico propugnó la liberación del mercado de tierras y la
imposición de la propiedad privada sobre
ellas, con distintas manifestaciones según los países (enclosures en Inglaterra desde el
siglo XVIII; en España supresión de mayorazgos y señoríos desde los Cortes de Cádiz, desamortización de Mendizábal en
1836). La formación de mercados nacionales unificados
implicaba la unificación de los pesos y medidas, y la liberalización de los
precios frente al anterior proteccionismo mercantilista, tarea que el despotismo
ilustrado había iniciado desde supuestos fisiócratas a mediados del siglo
XVIII. La supresión de la tasa del trigo en España en 1765
estuvo entre las causas del motín de Esquilache,
a partir de lo cual la lenta tramitación de una Ley Agraria no
llegó a resultados efectivos (Informe de Jovellanos,
1795). En el Imperio austríaco se produjo la abolición de la servidumbre (José II,
1785), que en el Imperio ruso no llegó hasta 1861 (reforma
de Alejandro II). En Francia, la Revolución de 1789 suprimió
los derechos feudales, proporcionando una base de pequeños propietarios pero
con suficiente capacidad de capitalización, muy implicados con su tierra, que
caracterizó desde entonces la vitalidad y especial fuerza social y política del
campo francés. En Inglaterra, el predominio de los terratenientes y la gentry en el Parlamento logró
mantener hasta bien entrado el siglo XIX el proteccionismo de las Corn Laws para evitar un descenso
en el precio del trigo, en perjuicio de los industriales que patrocinaron la Escuela de
Mánchester. Lo que sí se había producido es la drástica reducción de
la población activa agraria ante cada vez mayor productividad del trabajo. La
falta de expectativas de trabajo en el campo para una población creciente (explosión
demográfica), y la ruptura de las redes de solidaridad tradicionales
en las parroquias rurales (Poor Laws,
desaparición de los comunales -en
España con la desamortización de Madoz, 1855-) condujo a un imparable éxodo rural que alimentó los suburbios
de las ciudades industriales.
El uso de abonos químicos (fosfatos, nitratos,
etc.) la mecanización y
los estudios científicos de la edafología y la ingeniería agrícolatransformaron
la agricultura, a finales del siglo XIX, en una actividad similar a la
industrial en cuanto a su conexión con la ciencia y tecnología. No obstante, la
dependencia de la climatología y la periódica irrupción de plagas (hambre irlandesa de
1845-1849, con afectación de la patata, filoxera desde
1863, con afectación de la vid) produjo periódicas crisis agrícolas.
La división del mundo en países desarrollados y subdesarrollados tuvo en la
agricultura uno de sus aspectos: los primeros caracterizados por una
agricultura especializada y de mercado con altos rendimientos (incluso en los
denominados países nuevos donde la presión de la población
sobre la superficie es menor); mientras que en los segundos se produjo una
división por zonas entre una agricultura de subsistencia de explotaciones
familiares con tecnología tradicional y sometida a la presión del crecimiento
demográfico, y una agricultura de plantación de monocultivos destinados al mercado
internacional, que también presiona sobre los cada vez más reducidos espacios
naturales (deforestación).
La revolución verde de
la segunda mitad del siglo XX significó un salto cualitativo en la
tecnificación de la agricultura en todo el mundo, basándose en mejoras
tecnológicas avanzadas como las semillas de alto rendimiento, que a finales de
siglo XX experimentó un nuevo impulso con la biotecnología (OGM).
Simultáneamente, la evolución generalizada hacia una agricultura de mercado
produjo la cada vez mayor dependencia de los plaguicidas y el abonado intensivo,
con graves problemas medioambientales como la contaminación de suelos y
acuíferos y una drástica reducción de la biodiversidad; a lo que se ha pretendido
responder con el planteamiento de una denominada agricultura
sostenible. 6
Gran parte de la agricultura de muchas regiones del
planeta precisa de una cantidad enorme de trabajo humano, ayudado por muy pocos
medios técnicos, debido a la falte de capital para invertir en maquinaria,
abono químico, etc.
Siglo XX,
especialmente con la aparición del tractor, las exigentes tareas de sembrar,
cosechar y trillar pueden realizarse de forma rápida y a una escala antes
inimaginable. Según la Academia Internacional de Ingeniería de Estados Unidos. La mecanización agraria es
uno de los 20 mayores logros de la ingeniería del siglo XX. A principios
del siglo XX, en Estados Unidos se necesitaba un granjero para alimentar de 2 a
5 personas, mientras que hoy, gracias a la tecnología, los agroquímicos y las
variedades actuales, un granjero puede alimentar a 130 personas. El costo de
esta productividad es
un gran consumo energético, generalmente de combustibles fósiles.
La difusión de la radio y
la televisión (medios
de comunicación), así como de la informática, son de gran ayuda, al facilitar
informes meteorológicos, estudios de mercado, etc.
Además de comida para humanos y sus animales, se
produce cada vez con más amplia utilidad tales como flores,
plantas ornamentales,madera, fertilizantes, pieles, cuero,
productos químicos (etanol, plásticos, azúcar, almidón), fibras (algodón, cáñamo, lino),
combustible (biodiésel, el propio etanol, que ahora ya se está obteniendo del maíz), productos biofarmacéuticos, y drogas
tanto legales como ilegales (tabaco, marihuana, opio,
cocaína). También existen plantas creadas por ingeniería genética que
producen sustancias especializadas (como, por ejemplo, el maíz transgénico,
que, al igual que la obtención de etanol, está modificando la economía de los
cultivos de esta planta y la vida de las comunidades que de ella siguen
dependiendo).
La manipulación genética, la mejor gestión de los nutrientes del suelo y
la mejora en el control de las semillas han aumentado enormemente las
cosechas por unidad de superficie, a cambio estas semillas se han vuelto más
sensibles a plagas y enfermedades, lo que conlleva una necesidad de estos
últimos mayor por parte del agricultor; Prueba de ello es el resurgimiento de
antiguas variedades, muy resistentes a las enfermedades y plagas, por su rusticidad.
Al mismo tiempo, la mecanización ha reducido la exigencia de mano de obra. Las cosechas son generalmente menores en
los países más pobres, al carecer del capital, la tecnología y los
conocimientos científicos necesarios.
La agricultura moderna depende enormemente de la tecnología y las ciencias físicas y
biológicas. La irrigación, el drenaje, la conservación y
la sanidad, que son vitales para una agricultura exitosa, exigen el
conocimiento especializado de ingenieros agrónomos. La química agrícola, en
cambio, trata con la aplicación de fertilizantes, insecticidas yfungicidas, la reparación de suelos, el
análisis de productos agrícolas, etc.
Las variedades de semillas han sido mejoradas hasta el
punto de poder germinar más rápido y adaptarse a estaciones más breves en
distintos climas. Las semillas actuales pueden resistir a pesticidas capaces de exterminar a
todas las plantas verdes. Los cultivos hidropónicos, un método para
cultivar sin tierra, utilizando soluciones de nutrientes químicos, pueden
ayudar a cubrir la creciente necesidad de producción a medida que la población
mundial aumenta.
Otras técnicas modernas que han contribuido al
desarrollo de la agricultura son las de empaquetado, procesamiento y mercadeo.
Así, el procesamiento de los alimentos, como el congelado rápido y la
deshidratación han abierto nuevos horizontes a la comercialización de los
productos y aumentado los posibles mercados.
La agricultura se representa del mismo modo que a
la diosa Ceres,
coronada de espigas, con un arado al
lado y un arbusto que empieza a florecer. Algunas veces tiene uncuerno de la abundancia lleno de toda
clase de frutos y ambas manos sobre una pala o azada.
Otros la pintan apoyada sobre el Zodiaco, para significar que las estaciones
arreglan los trabajos de la agricultura y revestida de un ropaje verde, símbolo
de la esperanza.
En algunas medallas es representada con una mujer
que tiene echados a sus pies un león y un toro, el uno emblema de la tierra y
el otro, de la labranza. En una piedra grabada de la biblioteca del
Vaticano, se ve representada la Agricultura por Psiquis, apoyándose,
en una pala como trabajo en que el alma encuentra lugar para la meditación. El
genio de la Agricultura se simboliza por medio de un niño desnudo, de una
fisonomía risueña y coronado de adormideras;
en una mano tiene un manojo de espigas y en la otra un racimo de
uvas.7
Tipos de
agricultura[editar]
Los tipos de agricultura pueden dividirse según
muchos criterios distintos de clasificación:
Según su dependencia del agua:
·
De secano:
es la agricultura producida sin aporte de agua por parte del mismo agricultor.
nutriéndose el suelo de la lluvia o aguas subterráneas.
·
De regadío:
se produce con el aporte de agua por parte del agricultor, mediante el
suministro que se capta de cauces superficiales naturales o artificiales, o
mediante la extracción de aguas subterráneas de los pozos.
Según la magnitud de la producción y su relación
con el mercado:
·
Agricultura
de subsistencia: Consiste en la producción de la cantidad mínima de
comida necesaria para cubrir las necesidades del agricultor y su familia, sin
apenas excedentes que comercializar. El nivel técnico es primitivo.
·
Agricultura
industrial: Se producen grandes cantidades, utilizando costosos
medios de producción, para obtener excedentes y comercializarlos. Típica de
países industrializados, de los países en vías de desarrollo y del sector
internacionalizado de los países más pobres. El nivel técnico es de orden
tecnológico. También puede definirse como Agricultura de
mercado.
Según se pretenda obtener el máximo rendimiento o
la mínima utilización de otros medios de producción, lo que determinará una
mayor o menor huella ecológica:
·
Agricultura
intensiva: busca una producción grande en poco espacio. Conlleva un
mayor desgaste del sitio. Propia de los países industrializados.
·
Agricultura
extensiva: depende de una mayor superficie, es decir, provoca menor
presión sobre el lugar y sus relaciones ecológicas, aunque sus beneficios
comerciales suelen ser menores.
Según el método y objetivos:
·
Agricultura
tradicional: utiliza los sistemas típicos de un lugar, que han
configurado la cultura del mismo, en periodos más o menos prolongados.
·
Agricultura
industrial: basada sobre todo en sistemas intensivos, está enfocada
a producir grandes cantidades de alimentos en menos tiempo y espacio -pero con
mayor desgaste ecológico-, dirigida a mover grandes beneficios comerciales.
·
Agricultura
Orgánica: biológica o ecológica (son sinónimos): crean diversos
sistemas de producción que respeten las características ecológicas de los
lugares y geobiológicas de los suelos, procurando respetar las estaciones y las
distribuciones naturales de las especies vegetales, fomentando la fertilidad
del suelo.
·
Agricultura natural: se recogen los
productos producidos sin la intervención humana y se consumen.
Agricultura
y medio ambiente[editar]
La agricultura tiene un gran impacto en el medio ambiente. En los últimos años,
algunos aspectos de la agricultura intensiva a nivel industrial han sido cada
vez más polémicos. La creciente influencia de las grandes compañías productoras
de semillas y productos químicos y las procesadoras de comida preocupan cada
vez más tanto a los agricultores como al público en general. El efecto
desastroso sobre el entorno de la agricultura intensiva han causado que varias
áreas anteriormente fértiles hayan dejado de serlo por completo, como ocurrió
en tiempos con Oriente Medio, antaño la tierra de cultivo más fértil del mundo
y ahora un desierto.
Algunos
problemas actuales[editar]
·
Contaminación por desechos orgánicos
·
Contaminación
por nitrógeno y fósforomagnesio en ríos, lagos y aguas
subterráneas.
·
Contaminación
por residuos de pesticidas del
suelo, agua y aire.
·
Causar
desequilibrios en la biota por el uso
indiscriminado de pesticidas.
·
Agotamiento
de minerales del suelo.
·
Salinización
del suelo en zonas secas.
·
Competencia
entre los agrocombustibles y la alimentación.
Muchos de estos problemas van agotando y
desertizando el suelo, obligando a abandonar unos terrenos para arar otros
nuevos que, a su vez, se agotan, creando un círculo vicioso que va destruyendo
el entorno. Un ejemplo claro es la progresiva deforestación de la selva del Amazonas.
Maquinaria,
equipos y herramientas agrícolas[editar]
Maquinaria
agrícola[editar]
Las maquinarias son elementos que se utilizan para
dirigir la acción realizada por las fuerzas de trabajo a base de energía; por
su parte en el campo agrícola, los mecanismos a motor que se emplean en estas
labores aligeran la producción y mejoran las técnicas de cultivo. Entre las máquinas agrícolas más utilizadas en
las labores del campo se mencionan:
·
Tractor: es una máquina agrícola muy útil,
con ruedas o cadenas diseñadas para moverse con facilidad en el terreno y potencia de
tracción que permite realizar grandes tareas agrícolas, aun en terrenos
encharcados. Tiene dos pedales de freno y está acondicionando para halar
rastras. Hay dos tipos de tractores: el de oruga, de gran estabilidad y fuerza,
y el de ruedas, capaz de desplazarse hasta por carreteras; posee mayor
velocidad que el de oruga.
·
Motocultor: es una máquina agrícola de un
solo eje y se opera por manillar; suele tener mediana potencia pero, en cambio
puede ser muy versátil con los numerosos aperos e implementos que se han venido
desarrollando. Es la maquinaria ideal para parcelas pequeñas o minifundios, muy
frecuentes en los países del Sur de Europa, y también del sudeste asiático, así
como de otras partes del mundo; la fuerza del motor es bastante reducida
(motores monocilíndricos de gasolina o diésel de unos 200 cc en promedio) pero
queda compensada por la escasa velocidad, lo que le da una gran potencia.
Aunque también puede emplearse en parcelas relativamente grandes con un asiento
para el conductor, su empleo ha venido siendo sustituido parcialmente por los
tractores más grandes, esenciales en las labores de integración
parcelaria, como la que se ha llevado a cabo en Francia y en otros
países, por lo que su uso ha venido limitándose cada vez más para las labores hortícolas, en jardinería y de ornamento en
las parcelas minifundistas. Los implementos del motocultor pueden variar desde
las cosechadores, sembradoras, fumigadoras, transporte y hasta toma de fuerza
para bombas de riego y otros fines. Seguirá siendo esencial en las parcelas en
los terrenos bastante desnivelados y fragmentados por el relieve.
·
Cosechadora: o segadora es una máquina
agrícola de motor potente, peine cortador para segar las plantas maduras de
cereales y un largo rastrillo que va delante de la máquina y gira sobre un eje
horizontal.